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Día de La Madre Tierra


Se celebra este día para recordar a todo el mundo que el planeta y sus ecosistemas son los que dan la vida. Como maestros debemos de asumir una responsabilidad de fomentar la importancia de vivir en una armonía constante con la naturaleza. Los niños deben de conocer los problemas que afectan a La Tierra y las diferentes formas en las que pueden ayudar dentro de sus posibilidades (cerrando el grifo, no arrancando las plantas, no matando animalitos en los parques, enseñándoles a reciclar, no consumir alimentos con plásticos y muchas muchas más opciones en las que podemos hacer a los niños partícipes de ello).

Los días internacionales sirven para llamar la atención de la humanidad y destacar que hay problemas sin resolver, para que no nos olvidemos de ello. Estos días, en muchos de los colegios, casi siempre se celebran o se habla de ellos en clase, pero no deberían tratarse solo una vez al año y olvidarlo al día siguiente. En mi opinión, tanto el día de La Paz como el día de La Tierra son dos días que deberían de estar presentes en cada clase, en cada proyecto y en cada programación.

Por el estilo de colegios que se construyen o por el lugar en el que vivimos (la ciudad), cada vez alejamos más a los alumnos de la naturaleza y los animales y aprovechando el día que es hoy, quiero compartir con vosotros la Escuela Infantil Mi pequeña granja. Con la universidad en la que estudio, tuve la gran oportunidad de verla por dentro y conocer la manera en la que trabajan hace unos meses.

Éste es un proyecto en el que los niños viven dentro de un ambiente que estimula su creatividad eligiendo entre actividades diferentes dentro del mundo natural que les rodea. El currículo que sigue este centro es el británico y es donde los niños exploran, tocan, huelen, crean, juegan y se manchan, todo en movimiento. A parte de en inglés, los profesores se comunican con ellos a través del lenguaje corporal acompañándoles y guiándoles en sus experiencias y aprendizajes diarios.

La Escuela Infantil está situada en mitad de un ambiente urbano. Entrar en ella es como entrar en un lugar completamente paralelo al que se vive en la zona. No se escuchan ruidos de coches ni de personas. Solo la calma de los animales. Y esto a los niños les favorece mucho su aprendizaje. Creo que tener las posibilidades de un ambiente tan rural en pleno Madrid, es de afortunados. Sobre todo, tener la posibilidad de enseñar en ese ambiente.

Según nos contaron, las clases están distribuidas de diferentes formas: los alumnos, según llegan a la escuela tienen media hora de juego libre, después realizan una asamblea y toman el desayuno. Cada día realizan un taller de una hora relacionado con la música, la cocina, la plástica, la psicomotricidad y el medio ambiente. Disfrutan del jardín y realizan cuentos con marionetas para la relajación.

La Escuela Infantil está llena de recursos animales: desde conejos, chinchillas, tortugas, patos, ocas, diferentes tipos de aves, cerdos, una cabra hasta cobayas. Los niños disfrutan con el contacto de estos animales. Con ello aprenden a cuidar y respetar la naturaleza: tanto los animales como las plantas. Los niños aprenden en libertad y comparten juegos y actividades con estos animales, les dan de comer y les acarician para aprender diferentes texturas.

Deberíamos de plantearnos en fomentar la creación de este tipo de escuelas pero no solo en Educación Infantil.

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